3 de enero de 2010

Jugando...(3)


Me despierto, y aún estás dormido, en tu rostro se refleja la satisfacción de conseguir que me durmiera a pesar de estar inquieta, con tus caricias suaves y cariñosas. Ya me vas conociendo, y sabes cuando quiero caricias de un tipo o de otro. Sonrío al coger la pluma que guardo en el cajón, y la paso lentamente por tu cuerpo desnudo... lentamente te desperezas y te sobresaltas al verme despierta, casi siempre eres tú el primero en hacerlo, y en observarme hasta que abro los ojos, para poder desearme los buenos días.
- Señora, lo siento me he quedado dormido - haces ademán de levantarte, pero te detengo.
- Tranquilo, esas cosas suceden, - sonrío bromeando. Sabes qué cosas son importantes para mi, y aunque te gusta llenarme de atenciones para que me sienta mimada, en realidad no son imperativas, las haces porque te gusta hacerlas, y a mi me parece bien.
- Pero... no tengo preparado el desayuno - pareces encantadoramente preocupado.
- He pensado en algo mejor para desayunar...- la pluma desciende por tu cuerpo, haciéndote cosquillas, y provocando que se erice el vello por donde pasa.
- Señora.... no voy a poder evitar excitarme si sigue así... - sonrío de nuevo y detengo la pluma en el aire, disfrutando de tu expresión de consternación.
- Tienes razón, quizá sea muy temprano para jugar - me tumbo en la cama boca arriba, paseando la pluma por mi cuerpo, mientras tus ojos te delatan, y sé que te gustaría poder ser esa pluma sobre mi piel.
- Lo que guste, sabe que estoy aquí para servirla... - titubeas, no sabes si continuaré o no, pero lo deseas.
- Bien, entonces prepárame un baño - tu cara se ilumina, sabes que me enjabonarás, que tus dedos rozarán lugares prohibidos, que me abrazarás al rodearme con la toalla, y que después vendrá el ritual de la crema hidratante, empezando por los pies, y das gracias por haber aprendido a dar masajes, porque estás seguro de poder provocarme esos gemidos suaves que tanto te excitan.
- Sí, Señora, enseguida.

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