20 de noviembre de 2009

Ser o no ser....monógamo....he ahi el dilema


Si doy un rápido vistazo, en la lista veo nombres como casado69, CasadoSolito, cachondainfiel, casadobuscoamante, casado_especial, casadaysolita, casadamadura.....y me pregunto si la monogamia es algo natural en el ser humano o adquirido (no quiero plantearme el respeto, la moral ni las normas, de momento suficiente es con plantearme algo tan complejo como la atracción, el enamoramiento y el amor).

A mi parecer existen dos clases de monogamia: la natural y la impuesta. Por supuesto que la impuesta depende de la sociedad en la que vivimos, la religion en la que nos educaron, el ejemplo familiar... y en este momento en el que nuestra sociedad atraviesa por mares de languidez, donde hay más separaciones, divorcios y clases de parejas diferentes, es cuando me pregunto si la monogamia impuesta empieza a ser innecesaria.

De todos es sabido y experimentado que cuanto más nos decían "!niño, no toques eso!", más curiosidad sentiamos por descubrir el misterio que aquello ocultaba y que lo hacía tan inaccesible para nosotros, y a la vez tan prohibido.... y creo que aquí radica la raiz del asunto: no es lo mismo aprender que cuando tocas fuego te quemas, a que, sin haberte acercado apenas, alguien te diga que no debes tocarlo. Eso hace que aún lo desees más. Por supuesto, en la monogamia impuesta a uno le podría parecer que vive en el mismo infierno, rodeado de fogatas de todo tipo, todas igual de atrayentes, en las que no nos importaría arder.

Pero, ¿cuando surge la monogamia natural? Es un especimen raro y tímido que vive en la penumbra de una relación profunda, una en la que, aun teniendo ojos para ver, no conseguimos apartar la vista de un solo ser: aquel que ocupa nuestro corazón. Nos absorbe, nos obsesiona, ocupa todo nuestro espacio vital, de tal manera que sin su presencia casi se nos olvida respirar. Es cierto, parece una exageración....hasta que lo sientes en tus carnes...ah! entonces estás perdido: tú y tus horas de cordura. Deseamos que esa persona esté a nuestro lado, únicamente pendiente de nosotros, que toda su atención e interés se centre en nuestra persona, y cualquier desaprensivo que se acerca y pone en peligro nuestro estatus nos vuelve locos. Pero al mismo tiempo, esa misma sensación de pertenencia sin posesión, de entrega sin reservas, de dedicación absoluta, es la que nos permite explorar y llegar al fondo de esa conexión, conseguir la plenitud que tanto ansía nuestro corazón, pero ojo...también puede convertirse en la tarta en la que queda atrapada la golosa mosca.

¿Es entonces la monogamia un estado natural? Digamos que lo natural en el ser humano es SER, y HUMANO.... que cuando contaron en Barrio Sésamo el capítulo dedicado al "cerca....lejos", tenían que haber añadido un apartado para el "contigo...o sin ti". No confundamos preferencia con posesión, por supuesto que cuando estamos muy a gusto con alguien nos gustaría que esa sensación durara para siempre, y entonces intentamos retenerla, reteniendo a quien nos ha proporcionado esa vivencia, como cuando intentamos captar la esencia de un lugar a través de una foto: es solo una imagen detenida en el tiempo, sin relieve, y sin vida.

Fluyamos, dejemos los estereotipos para las novelas y para los discursos de los políticos. Simplemente hay momentos para estar cerca y otros para alejarse, dejemos que los momentos vividos llenen el álbum de fotos de nuestros recuerdos, y que cojan polvo en la estantería: aun nos queda mucho mundo por ver. Eso sí....intentemos no pisar la hierba al andar.

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