Me fascina la capacidad que tenemos los humanos de crear y olvidarnos de lo que creamos, para vivirlo como si realmente nos hubiéramos encontrado con ello de sorpresa, o de forma inevitable. Estoy hablando del tiempo y su concepto. Estoy hablando de la realidad que pensamos que nos sobreviene. Estoy hablando del destino y lo que significa.
Si lo pensamos bien, la promesa de la eterna juventud significaría nada más y nada menos que toneladas de cremas antiacné, y un tropezar detrás de otro en la búsqueda de la madurez, lo cual no sé si quiero volver a vivir. En ese sentido resulta útil ese concepto de tiempo lineal, en el que tenemos la ilusión de madurar y de envejecer, solo porque la imagen que hemos creado de nosotros para relacionarnos con esta realidad, lo que llamamos cuerpo, sigue unos patrones establecidos durante generaciones. Un patrón elástico, si pensamos en como ha ido aumentando la longevidad a lo largo de la historia. De hecho hay teorías científicas (de esas que demuestran aquello que ya se sabe) que apoyan la idea de que el cuerpo humano está preparado para vivir mucho más de cien años, y que únicamente nuestra creencia de que debe envejecer es la que conduce al desenlace que llamamos muerte.
Por supuesto el tiempo tiene su utilidad, sobretodo sirve para quejarnos de su falta... "es que no tengo tiempo para esto, en serio....", solo que el tiempo no le pertenece a nadie y en realidad es de todos, porque... si no estuviéramos todos de acuerdo en que el tiempo existe, ¿quién quedaría para darle validez? Y así con todo, podeis coger cualquiera de las "leyes" que creemos sacrosantas, no importa cual, parecen basadas en hechos ¿verdad?, es así para todo el mundo, entonces son leyes universales. Bien, eso no lo discuto, las hemos convertido en leyes universales, pero.... ¿son inamovibles? Estoy impaciente por ver la cantidad de invenciones que serán posibles cuando nos demos cuenta de que, al igual que somos huecos en un porcentaje elevado y no somos conscientes de ello, el tiempo que conocemos puede retorcerse, doblarse, y que incluso hay botones para avanzar o retroceder, desde el mismo instante en el que nos damos cuenta de que el Tiempo es una convención.
Al igual que lo es la realidad en la que creemos que vivimos. ¿De verdad os parece que es igual para todo el mundo? Si intentáramos llegar a una única definición sobre en qué consiste la realidad nos daríamos cuenta de que cada cual la ve a su manera, con lo cual deja de ser universal.... nos deja solo con el concepto general de que algo así existe, algo así compartimos entre todos: la estructura, el andamiaje, las cuatro vigas sobre las que cada cual coloca las paredes y decora su realidad a su gusto.
Lo bueno de captar la relatividad en la que estamos inmersos es que nos hace flexibles, y nos permite aceptar todas las formas de creación, no dando ninguna por mejor o peor que otra, dándoles a todas ellas validez. La historia que mi vecino se ha montado con su vida es igual de interesante que la de un monje tibetano, porque son creaciones de la mente humana, manifestaciones de una conciencia sabedora de la existencia de la relatividad. Y eso tiene una última consecuencia: la de saber que no estamos atrapados en nuestras vidas, sinó que nosotros las construímos paso a paso, no somos prisioneros, sinó constructores, y lo que queramos hacer con esa parcela de libertad es algo enteramente nuestro. Espero que el Tiempo sirva para que todos nos demos cuenta de eso.
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