- Buenas noches y bienvenidos de nuevo a otra edición de "Verdad como la vida misma", el programa en el que, como dijo el sabio, sólo los limpios de corazón y de conciencia llegan hasta el final. Esta noche tenemos a dos contertulios muy populares, que han accedido a venir a este programa especial del día de San Valentín: son el sr. Amor y el sr. Sexo, ¿están preparados para el desafío?
- Por supuesto, Ramón, yo siempre estoy preparado, esa es la fama que tengo y es merecida. Yo diría que estoy presente en las mentes de todas las personas que nos están viendo, algo que no creo que pueda decir mi oponente.
- (Ligero carraspeo) Esa afirmación es muy cierta, yo no estoy en la mente de las personas, estoy en el corazón, que es donde prefiero estar. Algunas veces me piensan, pero no tengo la misma intensidad que cuando me sienten.
- (Risa irónica) En cambio yo gano en magnitud cuando me imaginan, de hecho mi mayor fuerza reside ahí, en que me recreen una y otra vez, en sus fantasías, y como bien sabes el ser humano no puede dejar de pensar, así que tengo más presencia que tú en sus vidas.
- (Sonrisa condescendiente) Entiendo que necesites sentir que eres importante, y quizá sea así en sus primeros estadíos, pero puedo asegurarte que a medida que pasan los años, están más dispuestos a sacrificarte a ti por encontrarme a mi.
- (Misma sonrisa condescendiente) ¿No será más bien que se conforman contigo cuando no pueden tenerme a mi? amar a alguien es mucho más sencillo que tener buen sexo, hace falta química, en cambio amar sólo precisa de la voluntad de hacerlo.
- (Pausa deliberada) Amar requiere voluntad, es verdad, y entrega, y generosidad, una apertura incondicional a la presencia del otro, a su sondeo, una puerta abierta a compartir ambos mundos hasta llegar a un sentimiento de plenitud ¿podrías decir lo mismo en tu caso?
- (Sonrisa de suficiencia) Conmigo pueden llegar al éxtasis, y en menos tiempo que contigo, y no hay nada más íntimo que compartir la piel, los cuerpos, la excitación, el placer mútuo...
- (Interrumpiendo) ¿y cuánto dura ese estado?
- (Ligeramente molesto) ... dura lo que tiene que durar, tampoco es cuestión de que esté presente constantemente una vez alcanzado el objetivo, tengo muchas mentes en las que mostrarme.
- (Ligero enarcamiento de cejas) Entiendo... entonces tu presencia, aunque sea constante es efímera. En cambio yo puedo estar presente todo el tiempo, y a través de mi la vida se vive con esperanza y alegría. Y no creo que el placer sea lo más íntimo que se pueda compartir.
- (Frunce el ceño) ¿Ah, no? Dos cuerpos desnudos no tienen nada que esconder.
- (Suave sonrisa) Dos almas desnudas sí que no tienen nada que esconder. En tu caso no contemplas el dolor, o el fracaso, te ciñes a un objetivo: el placer mútuo. En mi caso no importa si las cosas van bien o mal, estoy presente en ambos casos: se puede compartir el dolor, la impotencia, la tristeza, y también la alegría, la esperanza, las ilusiones.
- (Mirada intensa) ¿Y qué me dices de la pasión? Esa proviene de mi, incluso cuando tú la utilizas para otros fines.
- (Reflexionando pensativo) Podríamos decir que sí, que la pasión proviene de tu impulso, pero sublimado. Quizá el secreto estaría en aliarnos en lugar de intentar prevalecer sobre el otro ¿no te parece? Tu presencia podría acompañarse de largas sesiones de estrechos abrazos, de secretos susurrados al oído, de risas cómplices de dos almas que se encuentran para celebrar la vida ¿no sería eso también parte del placer?
- (Sorprendido) Bueno, visto así... quizá saldríamos los dos ganando, porque tú podrías acompañar tu presencia con excitación, con una vibración vital que active todo tu ser para dar lo mejor de ti mismo, para abandonarte a la sensación extática de una simple caricia de otra persona, a reconocer en tu cuerpo tu reino, tu forma de expresión en esta realidad material, una vía para que esos sentimientos tuyos puedan expresarse. Porque una cosa es que sientan amor, y otra muy diferente es poder expresarlo a otra persona, me necesitas a mi para eso.
- (Afirmando lentamente) Me parece un trato justo, y una alianza beneficiosa. Eso sí, debemos respetar la libertad individual a estar con uno, con el otro o con ambos.
- (Sonrisa ladina) Eso suena deliciosamente concupiscente, no puedo negarme a ello.
- Bueno, bueno, parece que al final lo que esperábamos que fuera una gran polémica se ha convertido en una coalición y que a partir de ahora podremos disfrutar de la compañía de estos extraordinarios líderes en nuestras vidas . Les agradecemos su presencia una noche más en este debate en el que todo se muestra de verdad, como "en la vida misma". Gracias y buenas noches
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